Amanda García Rodríguez · Psicóloga
Sobre mi
Me llamo Amanda y soy psicóloga general sanitaria. Me formé en EMDR y en el trabajo con trauma, apego y emociones, pero sobre todo me he formado escuchando historias, habitando silencios y acompañando procesos reales.
No creo en las fórmulas rápidas ni en los atajos que evitan lo importante. Creo en el valor de estar presente, de escuchar de verdad, de ofrecer un espacio donde la persona pueda ser sin miedo. Un lugar donde no haga falta tenerlo todo claro para empezar a mirar dentro.
Trabajo con personas adultas que están atravesando momentos difíciles, bloqueos emocionales o heridas que aún pesan. También acompaño a madres, padres y familias desde la mirada del apego, el vínculo y la crianza respetuosa.
Además de psicóloga, soy madre, amante del mar, de la música y el deporte, y sigo aprendiendo cada día, también de mí. Creo que la autenticidad, el respeto y el cuidado mutuo son la base de cualquier proceso terapéutico.


Mi enfoque
Acompaño desde una mirada integradora, tejida desde la comprensión del apego y el trauma, entendiendo que muchas de las dificultades que atravesamos hoy no nacen solo del presente, sino que están profundamente enraizadas en las experiencias tempranas que vivimos.
Momentos en los que tal vez no hubo una presencia disponible, una emoción que pudiera expresarse con seguridad, o un vínculo que ofreciera contención. Estas vivencias dejan huella no solo en el recuerdo, sino también en el cuerpo, en la manera de relacionarnos, de protegernos y de sentirnos en el mundo.
Mi trabajo busca ofrecer un espacio seguro, respetuoso y sin juicio, donde puedas empezar a mirar todo eso que quedó pendiente. Un lugar donde lo importante no es forzar el cambio, sino dar tiempo y lugar a lo que aún necesita ser escuchado y sentido, al ritmo de cada persona, desde la presencia y el cuidado mutuo.

Una mirada integradora desde el apego y el trauma
¿Qué es el apego?
El apego es el vínculo que se establece en los primeros años de vida con nuestras figuras de referencia: madre, padre, cuidadores...
A través de esas primeras relaciones aprendemos si el mundo es un lugar seguro, si nuestras emociones serán atendidas, si podemos confiar en los demás, si está bien mostrarnos vulnerables o lo que pensamos sobre nosotros mismos.
Estos aprendizajes no solo quedan en la mente, sino que se graban en el cuerpo, en la forma de relacionarnos, de pedir ayuda o de protegernos.
En la terapia, explorar nuestro apego no es para culpar, sino para comprender y crear nuevas formas de vincularnos con los demás y con nosotros mismos.
¿Qué entendemos por trauma?
Cuando hablamos de trauma, no solo nos referimos a eventos extremos. Trauma también puede ser lo que nos sobrepasó, lo que vivimos sin acompañamiento emocional, lo que fue demasiado para ese momento vital o sensibilidad. No es la experiencia en sí, sino cómo cada uno la interpreta y elabora.
A veces se trata de lo que ocurrió, y otras veces de lo que no ocurrió: la ausencia de consuelo, de presencia, de mirada disponible.
El trauma no se aloja solo en el recuerdo, se manifiesta en reacciones que no entendemos, en sensaciones corporales, en bloqueos, en patrones repetitivos.
Una terapia al ritmo de tu historia
Mi forma de entender la terapia es integradora: combino el trabajo con el cuerpo, la historia de apego, la emoción y la memoria traumática.
Utilizo EMDR, técnicas de regulación, metáforas, imágenes, narrativas internas…
Pero más allá de la técnica, lo esencial para mí es ofrecer un espacio donde no tengas que justificarte ni “estar bien”. Un lugar donde pueda haber tiempo, respeto y presencia para sostener lo que surja.
Si algo de esto resuena contigo...
Puedes escribirme sin compromiso.
Tal vez no sepas por dónde empezar. No pasa nada. Empezar puede ser suficiente.